Teorinda Esther Serón Castro
Lleva más de cincuenta años dedicada a la alfarería, que descubrió mirando a su madre, Riola Castro, emblemática alfarera de la zona. Nació el 5 de noviembre de 1952 y comenzó en este arte siendo niña, primero puliendo, hasta que tomó la greda desplegando su imaginación y destreza. Estuvo un tiempo fuera de Quinchamalí, pero regresó para dedicarse a esta técnica artesanal junto a su madre. Elabora piezas utilitarias y ornamentales, buscando siempre ir creando nuevas propuestas, destacando los especieros, las yuntas de bueyes y el rescate de piezas antiguas. Este mismo talento lo lleva a la poesía, creando innumerables versos, muchos dedicados a Quinchamalí y la alfarería. “Yo no sé qué es lo que es esto, si es talento o es un don, pero trabajo en la greda para seguir la tradición”.
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