Flor María Betancur Rodríguez
Es posible imaginar a Flor cuando era niña y sus ojos se asombraban ante la habilidad de las manos de su madre, Rita Rodríguez Fuentealba. Precisamente, de ella aprendió el arte de la alfarería, considerando los pacientes pasos que implican la preparación de la greda, la elaboración de cada pieza y la dedicación en cada una de las terminaciones. Nació el 24 de enero de 1970 en Quinchamalí y comenzó su historia como alfarera desde los 12 años. En su trayectoria ha elegido la línea de piezas utilitarias para desarrollar su destreza y desplegar su imaginación, considerando elementos como tazas, mates, sartenes, vasos, pebreros, jarros y platos. A su vez, ha convertido en sus piezas más representativas las tazas de té, mates y sartenes.
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