En sus primeros pasos en la greda se unen las enseñanzas de dos mujeres, reflejando el rol femenino en la permanencia y transmisión de esta técnica artesanal, lo que ha hecho posible su plena vigencia: su madre Rosa Antihueno y su suegra Rita Rodríguez. Habitante de Quinchamalí, nació el 31 de mayo de 1977 y comenzó a dedicarse a la alfarería desde los 20 años, considerando todas las técnicas y destrezas aprendidas para desarrollar cada pieza, que por su labor manual resultan únicas. Dentro del amplio abanico de piezas elaboradas en la zona, se ha especializado en la línea de elementos utilitarios, considerando una gran variedad de artículos como sartenes, vasos, mates, pocillos, pebreros, fruteras, tazas, platos y cucharas.