Recogiendo la voluntad de las alfareras de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca, y en el marco de un diálogo y trabajo sostenido con esta comunidad ñublensina, para proyectarla como patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio confirmó que, por primera vez, Chile postulará una práctica a la Lista de Salvaguardia Urgente de la UNESCO.

“Las alfareras han sido las protagonistas y conductoras de este proceso; recogiendo su voluntad, presentaremos como país esta manifestación a la lista de Salvaguardia Urgente, como una estrategia para generar acciones concretas e integrales en torno a su necesaria salvaguardia. Esta tradición cerámica es arte y artesanía, es embajadora de la identidad regional y nacional, por lo que nuestro compromiso está en potenciar su protección y desarrollo”, sostuvo la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés.

El subsecretario de Patrimonio Cultural, Emilio De la Cerda,  la seremi de las Culturas, María Soledad Castro, y el alcalde de Chillán, Sergio Zarzar, se reunieron en la localidad de Quinchamalí con las representantes de la comunidad alfarera para continuar el trabajo en torno a su plan de salvaguardia y a la postulación a UNESCO, cuyo expediente se está elaborando colaborativamente y con la expectativa de presentarlo en marzo de 2021.

“Lo principal de esa reunión fue manifestar nuestra preocupación por la obtención de materias primas, ya que los predios de donde podemos obtener la greda son particulares. De nada nos sirve que haya recambio de alfareras si nuestra materia prima hoy en día está en grave peligro y es por una de las razones por la que las alfareras decidimos ir a la Lista de Salvaguardia Urgente”, explicó la joven artesana de 29 años, Nayadet Nuñez.

“Esta alfarería es una manifestación clave del patrimonio inmaterial de Chile. Su postulación y reconocimiento a nivel mundial permitirá no solo desplegar mayores herramientas y voluntades sino también visibilizar su producción, que es una forma de vida particular muy arraigada a un territorio y que implica desde el acceso a un materia prima hasta una forma de venta, que es desde sus propia casas”, sostiene De la Cerda.

La Lista de Salvaguardia Urgente exige medidas y compromisos concretos desde múltiples actores y reparticiones públicas y su avance se monitorea cada 4 años por parte de Unesco.

“Es una tradición que está viva, pero que está expuesta a amenazas concretas, como el movimiento campo-ciudad y dificultades en el acceso a la materia prima. También hay temas previsionales, de salud y de planificación territorial. Su salvaguardia no es sólo cultural, sino que es un desafío integral que como Estado y desde los distintos actores nacionales y locales debemos asumir”, agregó el subsecretario.

“Desde 2015 que como Ministerio de las Culturas estamos trabajando con acciones de reconocimiento, capacitación y apoyo a la comercialización a través de un plan de salvaguardia sectorial; sin embargo, hay desafíos que deben incorporar a otros actores del Estado y el compromiso de la propia comunidad alfarera para poder asegurar la transmisión y producción de este elemento de patrimonio cultural inmaterial. Las alfareras de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca nos han dado grandes orgullos como región y país y ahora somos nosotros quienes debemos devolverles la mano por lo mucho que significan para nuestra cultura e identidad”, enfatizó la seremi de Ñuble.

“Siempre es bueno y sano conversar con las comunidades, más aún cuando se están realizando esfuerzos considerables, y de distintas instituciones locales y nacionales, para cuidar y proteger algo que es parte del sello de un territorio. La alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca es parte de nuestra cultura y tradición chillaneja y ñublensina, así que la instancia desarrollada junto al subsecretario, la seremi y la comunidad alfarera, reafirma nuestro deseo e interés por alcanzar objetivos a través del diálogo y el trabajo en equipo”, señaló el alcalde de Chillán.

La alfarería Quinchamalí y de Santa Cruz de Cuca es parte del Inventario de Patrimono Cultural Inmaterial en Chile, se transmite de forma intergeneracional, principalmente a través del linaje femenino, y constituye una impronta identitaria muy profunda en estas localidades. Es un proceso manual y una artesanía heredera de una tradición indígena, con atributos hispánicos que se sincretizan en un repertorio de piezas de carácter ornamental y utilitario que recrean los elementos más significativos de la ruralidad e imaginario campesino.